domingo, 19 de mayo de 2013

La mejor medicina es la vida

No sé si alguna vez han intentado mirar el mundo “con los ojos de un niño”…me encanta esta expresión porque es realmente fascinante lo que se siente. Yo he tenido la suerte de vivir en diferentes ciudades a lo largo de mi vida y se exactamente que es mirar con sorpresa las calles, las personas y la cotidianidad de un sitio diferente a lo que consideras “tu casa”.  Aquí en Lima he estado observando todo cuanto me rodea con mucha atención desde que llegué hace un año y medio. Entre otras cosas, he notado que hay una cantidad innumerable de farmacias por toda la ciudad. Cualquier sea el barrio, habrá una farmacia por calle, hasta dos o tres en la misma esquina! Con sus letreros bien grandes y coloridos, que más se asemejan a una tienda de chuches que a una farmacia. Y me he puesto a pensar en el gran mercado que son las medicinas.  Esto me recuerda  la tesis que escribí, hace ya 7 años, sobre el mercado farmacéutico. Pero no quiero entrar en temas político-económicos en este espacio. Simplemente me gustaría compartir algunas reflexiones sobre la salud y el bienestar.  

Tomar muchas medicinas puede aliviar nuestro malestar en el momento, pero tácitamente esos mismos medicamentos están intoxicando otros órganos. Y es que no podemos aislar zonas de nuestro cuerpo, es un uno. Por lo tanto, antes de tomar cualquier pastilla utilicen el sentido común, o aun mejor escuchen su cuerpo, que les pide? Verán la solución la tienen ustedes mismos y no un señor con bata blanca. Hay que aprender a leer los síntomas y observar lo que comemos y el tipo de vida que seguimos para corregir nuestros malestares. Hay personas que buscan la dieta perfecta, pero no existe la dieta perfecta: tenemos que seguir una dieta equilibrada toda la vida! Es importante fortalecer el ser interno de nuestra persona para evitar que surjan las enfermedades. No importa el nombre que le den a la enfermedad, lo que cuenta es saber lo que la ha causado y cambiarlo.  Todas las enfermedades, por más simples que sean requieren de un tiempo mínimo para que desaparezcan, hay que tener paciencia y tener bien claro que mucho depende de la persona, por lo tanto cada persona es un caso diferente y requiere de un tratamiento personalizado.
A parte de seguir una dieta equilibrada para mantenerme sana y de ser consciente de lo que mi cuerpo me pide, como todas las personas, en algunas ocasiones siento que no doy abasto para todo y necesito un punto de vista externo. Entonces visito a R.C., mi acupunturista, porque sé que con unas 4 sesiones puede regular la energía de mi cuerpo. No sé si han probado, pero mi acupunturista es un trome y me gusta por su discreción (si necesitan el dato escríbanme y encantada se los pasaré). Además como toda medicina oriental su enfoque es amplio y siento que estoy hablando con un psicólogo, nutricionista y yogui a la vez! Y eso despierta mi conciencia y me doy cuenta que somos un todo con la naturaleza, con las personas y con las cosas. Nos conectamos con todo y todo se conecta con nosotros dejando sus efectos. Hay que estar siempre en el presente y no repetir una acción sin interiorizarla. Cuando repetimos una cosa, esta se convierte en algo automático que hacemos sin pensar, sin utilizar nuestra conciencia. En una palabra, se convierte en un hábito y no siempre los hábitos son buenos. Es notorio que romper un hábito es difícil porque hace falta mucha voluntad para dejar de hacer algo. Que les pareces si sustituyen ese habito con otro, digamos, bueno o neutro? Les doy un tip, empiecen por cosas pequeñas como: si son adictos a los postres y NECESITAN uno al día, sustituyan este habito con hacer una llamada a un amigo justo cuando les entra ese antojo. Otro ejemplo, esos 10-15 minutos que les toma fumar un cigarrillo, ocúpenlos leyendo 5 páginas de un libro. Cada quien se puede inventar su pequeño buen habito que le ayude a mejorar su vida, porque de eso se trata!